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80 Años Presencia Salesiana en República Dominicana

80 Años Presencia Salesiana en República Dominicana

80 Años Presencia Salesiana en República Dominicana

En el 1876 Monseñor Rocco Cocchia había visitado a Don Bosco en Turín y le había pedido que enviase a la República Dominicana algunos sacerdotes para que se hicieran cargo del Seminario.

Entre otras, se conserva una carta enviada por él a Don Bosco, en la que pinta al desnudo la realidad política, económica y educativa de aquella época. Diversas vicisitudes, que no es el caso mencionar ahora, impidieron la llegada de los Salesianos. A partir del año 1878 no volvió a hablarse del tema.

Cincuenta y cuatro años después de la última carta de Monseñor Cocchia a Don Bosco, llegó a la Repú- blica Dominicana el primer salesiano en la persona del Padre Ricardo Pittini, con el encargo de fundar una Escuela Profesional. Se radicó definitivamente aquí el 6 de febrero de 1934.

El Padre Pascual Richetta, primer director de la nueva “Escuela Salesiana de Artes y Oficios”, había llegado al País el 25 de febrero de 1935. El 26 de agosto recibió en el Puerto de Santo Domingo juntamente con el Padre Pittini al primer grupo de salesianos. Fueron ellos: el Padre Francisco Cojazzi; los seminaristas Francisco Bordin, Gerardo Borsbom y Gabino Sánchez; los Coadjutores (hermanos) Clemente Faccin, Pedro Dalla Valle, Mario Veglia, Celestino Dall’Alba y Herminio Taglieri. Fueron los primeros de muchos que vinieron a compartirlo todo con los dominicanos. El exceso de trabajo minó la salud de algunos de ellos, hasta tal punto que se vieron obligados después de varios años a regresar a Europa.

Además de haber sido ellos los cimientos humanos de la “Escuela Salesiana de Artes y Oficios”, fueron también los fundadores del Oratorio Festivo: ese Oratorio que realizó una labor promocional, educativa y religiosa de primer orden y al cual recuerdan muchos con amor y nostalgia.

El 30 de enero de 1940 fue inaugurada la iglesia “San Juan Bosco”, fruto del celo de Mons. Pittini y del Padre Antonio Flores. Esta iglesia fue, sin duda alguna, el centro de irradiación cristiana en toda la parte alta de la Ciudad de Santo Domingo.

La Obra Salesiana empezó a extenderse a partir del año 1945. Fueron naciendo, una a una, las siguientes presencias: Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en Moca; Aspirantado Salesiano, en Jarabacoa, para la formación de los futuros salesianos; Parroquia María Auxiliadora, Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, Parroquia San Pedro Apóstol y Parroquia Cristo Rey, en Santo Domingo; Parroquia Santo Domingo Savio en la Vega, y Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en Mao. Estas parroquias tienen anexas obras educativas y sociales, tales como escuelas y oratorios festivos con canillitas, chiriperos y aprendices; centro juveniles con un cúmulo de actividades formativas y de promoción; dispensarios y proyectos de promoción humana.

Aunque sea de pasada, no podemos dejar de mencionar al Hogar Escuela Santo Domingo Savio en Santo Domingo, en donde durante cincuenta años han encontrado calor humano y el amor de familia miles de niños y jóvenes.

La antigua “Escuela Salesiana de Artes y Oficios”, trasladada al Barrio María Auxiliadora de Santo Domingo y convertida en el “Instituto Técnico Salesiano”, al igual que el “Instituto Agronómico Salesiano” de La Vega, continuación de la antigua “Escuela Agrícola San Juan Bosco” de Moca, y el “Instituto Politécnico Industrial de Santiago”, son obras de capital importancia en el proceso de desarrollo de la Nación. El entorno del Instituto Agronómico Salesiano ha cambiado hasta tal punto que se ha convertido en una zona industrial. A situaciones nuevas, respuestas nuevas.

En el año 1976 los salesianos pusieron pie en la nueva diócesis de Barahona, precedidos por Monseñor Fabio M. Rivas. Les fue entregada la Parroquia “Cristo Rey” con sus obras anexas.

Es importante mencionar algunos salesianos que han entregado su vida en continuación con aquellos salesianos que iniciaron la obra en estas tierras. Unos están sepultados en Santo Domingo, en La Vega, en Moca, en Jarabacoa y en Barahona. Otros reposan en otras tierras. Sin ser excluyente, me siento en la obligación de mencionar a varios de ellos, que han dejado honda huella.

A una parte de los lectores tal vez los nombres les dirán poco. Para aquellos que han vivido con esas personas la realidad de la propia vida, esos nombres les tocarán las fibras más hondas.

De la primerísima hora hay que mencionar a Monseñor Ricardo Pittini, fundador de la Obra Salesiana en el País, cuyos restos reposan, por voluntad suya, debajo del piso de la iglesia San Juan Bosco. Murió el 10 de diciembre de 1961. Su figura, teniendo en cuenta la época en la que le tocó regir a la Iglesia Dominicana, no ha sido todavía aquilatada en su genuino valor.

Del primer grupo de salesianos llegados al País recordamos al Señor Celestino Dall’Alba, al Señor Herminio Taglieri, primer salesiano muerto en la República Dominicana en el año 1955; y al Padre Gabino Sánchez, fallecido en España en el 1991, el Señor Tomás Morales, llamado el “Maestro Sastre”, y el Señor Santiago Arroyo, maestro de carpintería. El Señor Tomás Morales murió en México el año 1984. Al Señor Arroyo el Señor le concedió una larga vida. Murió en Puerto Rico el año 2002.

Recordamos al Padre Antonio Flores, al Padre Antonio Figura y al Padre José Ortiz, Padre José González del Pino (Inspector Provincial de la Inspectoría Salesiana de las Antillas en los difíciles años desde el año 1957 hasta el año 1965). Moca lo cautivó. Habría sido su deseo terminar sus días en esa ciudad. El Señor tenía otros designios. Murió en la República Argentina, su patria, el 2 de febrero de 1971.

No podemos dejar de mencionar al P. Bartolomé Vegh, Padre de los huérfanos, muerto en el año 1999; al P. Valentín Debski, al P. Ernesto Buson, al Padre Higinio Paoli.

En La Vega y Jarabacoa está viva la memoria del Padre Renato Capello, fallecido en Jarabacoa el año 1988, y del Padre Manuel Serrano, cariñosamente llamado “Manolito”, muerto en un accidente en el año 1992 en España. Esos lugares y Mao recuerdan también al Padre Ángel Oggionni, quien fue a morir a su natal Italia en el año 1988. En la Vega murió, varios años antes, en el 1964, el Coadjutor Salesiano Manuel Fernández, primer salesiano nativo de la República Dominicana.

Recuerdan también en La Vega con cariño al P. Mauro Mourlot, quien murió ya anciano en Jarabacoa en el 2000. El P. César Dal Santo, P. Pablo Mosko, En el cementerio de La Vega están sepultados los restos del Padre Juan Artale, Inspector Provincial durante seis años. Barahona conserva los restos del P. Eugenio Mayoral quien, enfermo de cáncer, continuó en su labor de promoción y religiosa hasta su muerte el 11 de julio de 1985. Aquellos que fueron muchachos en el Oratorio Don Bosco de Santo Domingo a finales de los sesenta y principios de los setenta recuerdan al Señor Félix Evelio Alonso. Para esos muchachos era extraño el nombre “Evelio”. Sin malicia de ninguna clase llegaron a llamarle “Señor Sepelio”. Murió en Santo Domingo el 10 de diciembre de 1986.

Moca guarda con celo los restos del P. Pedro Pescatore, del P. Carlos Mandly y del P. Juan Miguel Vicente. Debemos mencionar con veneración en este momento al Padre Cipriano Ibáñez, apóstol de Moca por más de treinta años y quien murió vilmente asesinado el 26 de enero de 1999, mientras realizaba su labor sacerdotal. Moca entera se volcó en sus funerales, que fueron un triunfo.

El 25 de mayo de 1989 la Inspectoría Salesiana de las Antillas perdía en un accidente automovilístico al Padre Aurelio Jiménez, Encargado en ese entonces de la coordinación de la Pastoral Juvenil Salesiana. Amable, recto, entregado, dejó huellas profundas. Lo recuerdan con admiración y agradecimiento muchos que eran jóvenes en esa época.

Recordamos también al P. Víctor Miranda, al Señor José Ravizzini, al Señor Juan Francisco García, al Señor Efrén Bertan, al P. Jorge Martí, P. Fernando Perdomo, el decano de los salesianos en edad, el Padre Sixto Pagani, P. Ignacio Ozmec, P. Andrés Németh, PP. Vicente Hórvath y Julio Sillas, P. Juan Ballari, P. Mario Borgonovo, (Inspector Provincial de la Inspectoría Salesiana de las Antillas desde el año 1966 hasta el 1972), P. Nelson Carrillo, P. Luis Sertore, P. Enrique Mellano, (Inspector), P. Rafael Fernández, P. Joaquín Soler, P. Jorge Gonzá- lez.

Nos comprometemos a seguir las huellas de estos hombres que abrieron surcos y sembraron lo que nosotros estamos cosechando.

Nos comprometemos también a seguir las huellas de muchos colaboradores de los salesianos, hombres y mujeres, que dejaron su vida en un servicio a la Patria y a la Iglesia Dominicana en labores apostólicas, de enseñanza y de servicio. La fiesta del Bicentenario de Don Bosco nos estimula a la fidelidad.

Fuente: P. Julio Soto, SDB | Boletín Salesiano Antillas Junio 2015

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